22/11/2019. La provincia de Granada, junto con la zona sur de Jaén y el oeste de Almería, constituye el área con menor desarrollo eléctrico de Andalucía. Por ello, la Comisión de Infraestructuras de la Confederación Granadina de Empresarios y la Cámara de Comercio de Granada considera “kafkiano” que los trámites administrativos vuelvan a poner en vilo un proyecto tan importante para la provincia como es la Línea eléctrica Caparacena –Baza-La Ribina.
“Una vez más, la falta de coordinación entre las diferentes Administraciones y la lentitud burocrática sitúan al empresariado en situaciones realmente dantescas, abocando a la empresa concesionaria a entrar en un callejón sin salida”, denuncian los miembros de la Comisión. Sin perjuicio del total acuerdo de los empresarios con que se cumplan los requisitos legales en todo momento, la Comisión considera “inaceptable” que se sitúe al tejido productivo constantemente en una encrucijada, como la que se encuentra Red Eléctrica Española: si espera a la Autorización Ambiental Unificada de la Junta, caducará la vigencia de la Declaración de Impacto Ambiental del Ministerio.
Por ello, la Comisión exige a las Administraciones que agilicen la tramitación de permisos, para evitar, como en este caso, que el inicio de las obras tenga que esperar diez meses. Más, cuando el 27 de julio de 2018, la llamada autovía eléctrica Caparacena-Baza-La Ribina fue considerada prioritaria, dentro del Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de la Energía Eléctrica 2015/2020.
“Se trata de una infraestructura que va a acabar con el desierto eléctrico del norte de la provincia, va a permitir el desarrollo económico de la zona y va a beneficiar a alrededor de 45.000 ciudadanos de forma directa y, aun así, hoy se conoce la existencia de un expediente sancionador de la Delegación de Desarrollo Sostenible que amenaza con la paralización de la obra”, denuncian. “Vemos cómo los representantes públicos hablan sobre la necesidad de instaurar medidas que frenen la despoblación de las zonas rurales, pero comprobamos que este discurso no tiene aplicación en la práctica”, apostillan los representantes empresariales.