02-09-2022. La incertidumbre económica, la escalada de la inflación y la difícil situación de las empresas están teniendo un impacto directo en el mercado laboral de Granada. La provincia ha cerrado el mes de agosto con unos indicadores laborales muy negativos: el paro ha sumado 1.405 parados (+1,74%), lo que deja la cifra total de desempleados en 81.928; mientras que la Seguridad Social ha perdido 2.781 afiliados (-0,79%), reduciendo el número global de trabajadores en activo a 347.308.
“Granada ha cerrado un verano y una temporada turística muy irregulares”, explica la secretaria general de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), María Vera. El sector servicios ha liderado el incremento del paro, con 1.102 desempleados más. También ha crecido en la industria (+95), la construcción (+245) y el colectivo sin empleo anterior (+213). Solo la agricultura, con 250 parados menos, ha visto caer el desempleo en el mes de agosto.
La secretaria general de la CGE apunta que, aunque agosto suele ser un mes negativo para el empleo por la finalización de los contratos extraordinarios de verano en el sector servicios, este año el incremento del paro ha sido “más intenso” que en los ejercicios previos a la pandemia.
Además, Granada ha experimentado el mayor descenso de la afiliación en un mes de agosto desde 2008. “Es habitual que, con el fin del periodo estival, caiga la afiliación, pero este año hemos registrado la mayor caída de empleo de los últimos catorce ejercicios”, apunta María Vera.
“Los indicadores laborales nos muestran que la economía se está ralentizando”, explica la secretaria general de la Confederación Granadina de Empresarios. Es más, los datos publicados hoy “indican que el frenazo de la recuperación está siendo más notable en Granada que en el resto del territorio”. Mientras que en la provincia el paro ha subido un 1,74%, en Andalucía lo ha hecho un 1,31% y en España, un 1,40%.
“Nos preocupan mucho estos datos por lo que dicen de la situación actual de la economía y lo que anticipan para el otoño. Es previsible que en septiembre se produzca una importante contracción del consumo y de la actividad económica, en un contexto de por sí muy complicado para las empresas y para las pymes. No solo están trabajando con márgenes de rentabilidad mínimos, cuando no inexistentes. Además, siguen intentando sobrevivir a pesar de una política económica que no está teniendo en cuenta a las empresas”.