04-07-2022. El impacto de la elevada inflación y la creciente incertidumbre económica han frenado la recuperación laboral de Granada. El mes de junio ha sido un jarro de agua fría para el mercado de trabajo provincial después de dos meses de considerables descensos del desempleo. En junio, Granada ha sumado 257 nuevos parados, hasta los 80.738. También ha visto caer la afiliación a la Seguridad Social un 0,15% (522 personas), rebajando la cifra total de ocupados hasta los 350.758.
El comportamiento de los indicadores laborales del mes de junio no solo contrasta con la evolución nacional (donde el paro ha continuado bajando un 1,45% y la afiliación ha crecido un 0,57%), sino que también rompe con la tendencia habitual del mes de junio en Granada. Con la excepción de 2020, marcado todavía por las restricciones de actividad que impuso la pandemia, habría que remontarse hasta 2008 para encontrar un mes de junio negativo para el mercado de trabajo.
“Estamos atravesando una situación muy complicada que no solo afecta a los ciudadanos, sino también a las empresas. La inflación está repercutiendo en nuestra cuenta de resultados por una doble vía: los mayores costes, que en muchos casos no se están trasladando a los precios finales, y la caída de las ventas reales por la caída del consumo”, explica la secretaria general de la Confederación Granadina de Empresarios (CGE), María Vera, que reconoce que los datos del paro registrado “enfrían” las perspectivas de recuperación.
La delicada posición de las empresas, que tras dos años de pandemia están sufriendo de lleno las consecuencias de la crisis inflacionaria, ha ralentizado la creación de empleo en el sector servicios, que solo ha sacado a 187 personas del paro; en la industria (-101 parados); y en la construcción (-36). A esto se suma el aumento del desempleo que han registrado la agricultura (+342 parados) y el colectivo sin empleo anterior (+239).
“Nos encontramos en una situación crítica. Hasta ahora el esfuerzo de las empresas por mantener la actividad y el empleo, incluso a costa de su rentabilidad, han dado resultados; pero la prolongada escalada de la inflación y de los costes empresariales puede poner fin a la tendencia positiva del empleo”, asegura la secretaria general de la CGE, que apunta que hay preocupantes “amenazas” para la empresa en el horizonte. “El fin de la moratoria concursal, por ejemplo, augura un aumento de los cierres empresariales que tendrá un efecto directo en el empleo”.
Para María Vera, “es esencial que las administraciones públicas adopten ya medidas para impulsar la actividad económica y limitar así el impacto de la inflación en la viabilidad de muchas empresas”.